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Sintonizarte con la vida

La vida es el bien más preciado del que disponemos, la vida es evolución, nos ofrece un tránsito de aprendizaje, de nutrición y nuestro poder es salir de todos los conflictos que se nos presentan cuando aprendemos a observar la vida desde este prisma con visión de aprendizaje y alegría.
Conéctate a tu centro interno a través del arte geométrico y del inconsciente.
Equilibra, cambia patrones, Reconfigura tu camino con más paz.
Si te encuentras en una encrucijada, si sientes que tu camino está bloqueado, si deseas analizar una situación que te preocupa, un patrón vital que se repite, liberarte de viejas creencias que te limitan, en general, darte un tiempo y un espacio para desbloquearte y poder fluir contacta con nosotros, te ayudamos a salir del laberinto emocional y situacional.
Usamos biodescodificación, geometría sagrada,
Frecuencias armónicas, regresión.

Biodescodificación

La Biodescodificación es el trabajo que se realiza para acompañar a la persona a encontrar la emoción oculta, esencial (el resentir) asociada a un efecto que hay (molestia / asimetría / desequilibrio) para descodificarla y así favorecer el equilibrio mediante la liberación de la emoción que hay en el inconsciente y trascender dicha emoción transformándola. El estudio de la Biodescodificación (Bioneuroemoción) se apoya en la experiencia de numerosos investigadores y practicantes como: Anne Schutzenberger, Marc Fréchet, Groddeck , Hamer, Salomón Sellan y Claude Sabbah entre otros, que han demostrado que los desequilibrios no existen como tales sino que se trata de programas biológicos cargados de sentido.
Por lo tanto, es una disciplina de investigación cuyo objetivo es descubrir, encontrar, identificar el sentido Biológico de la dicha molestia y/o desequilibrio y así descodificarla.
Es un programa biológico de supervivencia para suprimir el estrés fruto de los conflictos que afectan a todo ser vivo.
Para la Biodescodificación (Bioneuroemoción) dicho desequilibrio no es estático ni proviene de fuera, es un proceso que tiene un sentido y considera que es un programa biológico que da una respuesta biológica (afección de un órgano) a un conflicto que la mente no ha podido resolver.
Cada caso tiene su resentir y hay que saber encontrarlo.
La biodescodificación nos enseña a escuchar, a escuchar nuestro cuerpo, una escucha biológica, no psicológica.
Es la búsqueda de los códigos biológicos que hay detrás de todo desequilibrio y la comprensión emocional que los activa, para que, de esta manera, se puedan descodificar y activar unos nuevos códigos, gracias al cambio de perspectiva que la persona obtiene en la búsqueda.
El cerebro emocional controla todo lo que rige el bienestar psicológico y una gran parte de la biología del cuerpo. Los desórdenes emocionales son consecuencia de las molestias de este cerebro. Estas tienen su origen en experiencias dolorosas vividas en el pasado y sin relación con el presente, pero que se hallan impresas de manera imborrable en el cerebro emocional. Estas experiencias acostumbran a controlar nuestras percepciones, incluso varias décadas después.
Por lo tanto, la biodescodificación desarrolla la aptitud para identificar, regular tu propio estado emocional y el de los demás, así como la aptitud de comprender el desarrollo natural de las emociones.
Cuando hay una desconexión entre los dos estados cerebrales, cuando no hay coherencia emocional (pensar-sentir-actuar), no podemos percibir las señales de nuestro inconsciente biológico, y este tiene que expresarse a través del síntoma, del cuerpo.
Encontrar el sentido biológico para que para la persona tome consciencia de “para qué su inconsciente está dando esta solución biológica” y no continúe pensando que es algo externo y que no tiene nada que ver con él, sino que comprenda, que dentro hay una información del inconsciente que le quiere decir algo.
El objetivo es llegar a la emoción oculta no expresada por motivos diferentes, para que la persona pueda hacerla consciente y la pueda expresar verbalmente y así comience su proceso de equilibrio.
Nos enseña a acompañar a este lugar que (él/ella) no quiere ir, el inconsciente, este lugar oscuro que Carl G. Jung le llamaba sombra.
Vendría a ser como la analogía de un cuento sufí:
«Érase una vez una persona que estaba buscando una moneda que ha había perdido y la estaba buscando a la luz de una farola.
Se le acerca alguien y le pregunta: ¿Qué estás buscando?
A lo que él responde: Una moneda que he perdido.
A lo que le contesta: No te preocupes, ¿estás seguro de haberla perdido aquí?
A lo que responde: No, le contesta, la he perdido alli, señalando a la oscuridad.
Entonces, ¿por qué buscas aquí?
Y él le contesta: Porque aquí hay luz!

Geometría Sagrada

La Geometría Sagrada descubierta por la observación de los maestros de diversas culturas antiguas han tenido como objetivo el crecimiento y el desarrollo del ser humano a través de procesos energéticos dirigidos principalmente al despertar de la conciencia, y a la obtención de una auténtica salud a nivel físico, mental y espiritual.
El origen de la Geometría Sagrada tiene una amplia relación con muchas de las enseñanzas que recibieron los tibetanos para desarrollar su sabiduría, Las culturas antiguas
La Geometría Sagrada transmuta las energías negativas bloqueadas que la persona acumula a lo largo del tiempo produciendo una transformación a un estado de relajación, equilibrio y bienestar. Hace que el cuerpo de la persona entre en resonancia geométrica con el principio de la creación, del ser y del universo, produciendo una vibración armónica increíblemente poderosa.

¿Para qué sirve?

La respuesta es muy simple, la Geometría Sagrada es otro de los conocimientos fundamentales que nos sirven para acelerar el despertar de la consciencia.
Así como una semilla tiene el potencial de crear un árbol, como una célula contiene la información necesaria para crear la vida, así los patrones geométricos contienen el potencial de toda la realidad, siendo cada forma geométrica absolutamente estática, sin variación en el tiempo, ni en el espacio.
Cada punto del espacio contiene la potencialidad de contener toda la información en él. Esto significa que cada átomo, cada célula de nuestro cuerpo, tiene un potencial infinito en su interior y una conectividad con todo lo demás.

Frecuencias armónicas

Existen numerosas premisas que apuntan a las cualidades medicinales de la música y el sonido.
Hay estudios neurocientíficos que señalan beneficios que la música aporta a nuestro cerebro y cuerpo (por ejemplo la el probado efecto de reducir el estrés y fortalecer el sistema inmunológico) hasta postulados antiguos (por ejemplo, la filosofía pitagórica) o corrientes neolíticas que apelan a terapias de sanación sonora.
Desde hace milenios, ciertas tradiciones alrededor del mundo han empleado recursos sonoros con fines rituales y terapéuticos. Aquí tenemos, por ejemplo, el uso de maneras en escuelas místicas de Oriente, el cantar de los marakames entre el grupo wixárika o huichol en México y el pronunciamiento de «sílabas semilla» entre los tibetanos. En cuanto a Occidente, uno de los más importantes antecedentes en el campo de la audiosanación floreció con Pitágoras:
Además (Pitágoras), profundizó en las reacciones específicas que ciertos acordes y armónicos producían en el organismo humano. Esto le llevó a establecer secuencias sonoras que facilitaban ciertos patrones conductuales y que, utilizados con conocimiento, demostraban propiedades medicinales. Se dice que en su academia establecida en Crotona, compuso piezas para sanar determinados malestares físicos o espirituales, precisiones musicales configuradas explícitamente para inducir el sueño, contrarrestar el enojo, o combatir los miedos.
Toda terapia basada en el sonido, se basa en el principio de resonancia, por el cual una vibración más intensa y armónica contagia a otra más débil, disonante o no saludable.
El principio de resonancia designa la capacidad que tiene la vibración de llegar más allá, a través de las ondas vibratorias y provocar una vibración similar en otro cuerpo. Es decir es la capacidad que tiene una frecuencia de modificar a otra frecuencia.
Además el sonido modifica nuestras ondas cerebrales, ayudándonos a entrar en otros niveles de conciencia, donde son posibles los estados de sanación espontánea y estados místicos, haciéndonos más receptivos a la auto-sanación.
Cada vez que se produce un sonido aparecen los armónicos. Estos armónicos tienen efectos altamente beneficiosos sobre nuestro cuerpo y sobre nuestro campo energético.
Aunque no podamos escuchar frecuencias que están fuera de nuestro campo auditivo, ni podamos producir sonidos o frecuencias que estén fuera de nuestra capacidad, podemos mediante los armónicos resonar con ellas.
Esta técnica nos ayuda a establecer una vibración saludable en todo nuestro organismo, tanto a nivel físico, mental o psicológico, emocional y espiritualmente.
Son un medio maravilloso para equilibrar los chackras y cambiar la conciencia desde un estado alterado de ansiedad y estrés hacia un estado de paz, relajación y serenidad, induciendo estados de sanación espontánea y estados místicos y elevando nuestra frecuencia vibratoria.
Las personas que han experimentado esta técnica experimentan grandes cambios, mayor claridad mental, aumento de la creatividad, mayor concentración, mayor visión de futuro y una gran sensación de paz.
El resultado es un individuo más productivo, más centrado, más feliz, más sereno, más equilibrado, más en paz consigo mismo.
Nos ayudan a resonar con nuestra verdadera conciencia o yo superior y con ese sentimiento de paz y serenidad que todos llevamos dentro.
Hace que los sistemas biológicos funcionen con más homeostasis; calma la mente y con ello el cuerpo y tiene efectos emocionales que influyen en los neuro-transmisores y los neuro-péptidos, que a su vez ayudarán a regular el sistema inmunitario.

A continuación te presentamos una lista de frecuencias y sus posibles efectos equilibradores:

  • 285Hz – Incita la sanación de células y tejidos, lo cual permite rejuvenecer el cuerpo.
  • 337Hz – Estabiliza la circulación sanguínea.
  • 396Hz – Ayuda a combatir pensamientos o sensaciones de baja frecuencia, como el miedo o la culpa.
  • 528Hz – Supuestamente, propicia la regeneración del ADN.
  • 625Hz – Ayuda al funcionamiento del hígado.
  • 639Hz – Equilibra la capacidad de relacionarte con otros y fortalece el autoestima.
  • 741Hz – Limpia las células.
  • 764Hz – Normaliza el sistema nervioso.
  • 852Hz – Favorece la intuición.
  • 963Hz – Activa la glándula pineal.

Sintonizamos el cuerpo con la mente, con lo que sientes, piensas y haces.
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